
La terapia con perros
en autismo es un proyecto piloto que desarrolla desde hace tiempo esta
entidad, con sede en Madrid, con el fin de paliar la carencia de métodos
terapeuticos en esta patología: “Intentamos paliar el déficit de
comunicación que padecen, su nivel de socialización e imaginación”,
señala este terapeuta, que se traslada cada semana desde Madrid para
trabajar con ocho niños con edades comprendidas entre los 6 y los 28
años. Algunos reciben la terapia en el colegio Paidós, centro de
educación especial.
La idea de utilizar un perro con los niños autistas parte del hecho de que el nivel de comunicación que exige un animal es muy inferior al que plantea un humano. “Por ejemplo, intentamos que estos chicos expresen órdenes del tipo siéntate, levántate. Una única palabra es suficiente para que el animal le obedezca”, apunta el terapeuta. No obstante, la situación varía mucho de un chico a otro, en función del nivel intelectual que posea, o de su capacidad para el lenguaje verbal.
Con esta técnica se pretende cambiar los roles a los que habitualmente
está acostumbrado un niño con autismo. “Buscamos que ellos controlen su
propio entorno, propiciamos que den órdenes, algo que jamás han hecho”.
Hay que tener en cuenta que para un niño que padece autismo es fundamental la rutina y respetar siempre los mismos horarios, porque eso les ayuda a ubicarse dentro del propio día. Estos niños además están acostumbrados a que la actividad diaria esté siempre organizada por los adultos. “Con el perro cambian los roles. El niño ordena al perro, al mismo tiempo que se le da la posibilidad de alterar el orden de las fases en que está organizada la terapia”.
Pero los aspectos que se trabajan con esta técnica van mucho más allá.
Se intenta estimular su capacidad de afecto. La mayoría siente cierto
miedo a los animales. Así que la aproximación es progresiva hasta que
adquieren confianza. “Aprenden a acariciarle el lomo, como si fuera un
juego, y se dan cuenta de que nos les pasa nada, y de que el animal les
corresponde cariñosamente. Esto es fundamental, porque estos chavales no
suelen tener adquirida la habilidad de dar afecto”, apunta Vicente
Cuairán.
La terapia es también una excusa perfecta para trabajar
otro tipo de cuestiones, como la expresión de emociones y las actitudes
presociales. Se tiene en cuenta también el saludo voluntario, cuando
acuden o se van de la sede de Autismo-Aragón, donde se realizan las
clases. La terapia busca reconocer las distintas partes del cuerpo,
propiciar un acercamiento al animal, darle de comer y de beber, órdenes,
acariciarle, ponerle la correa y pasearlo en primer lugar en el local y
después por la calle. “Es increíble verlos acercarse a Lobo y Luna. Al
final comienzan a sentir afecto por estos animales a los que hace unos
meses temían”, comenta satisfecho el terapeuta.
“Es necesario que a
estos niños les tratemos como personas normalizadas. Es falso que sean
como trozos de hielo. En absoluto. Tienen sentimientos. Cuando les
ofreces algo que les gusta te sonríen y si no les gusta, se enfadan”.
Éste es el llamamiento que tanto el terapeuta como los representantes de
Autismo Aragón lanzan a la opinión pública. Del mismo modo, recuerda la
necesidad de que los padres de los niños con autismo dejen de sentirse
culpables, como ocurre en ocasiones. En este sentido indican algunas
pautas que para los afectados son primordiales. A los niños autistas no
se les puede hablar demasiado, ni muy rápido. Las palabras son aire para
ellos. Necesitan horarios fijos y rutina, y les resulta complicado
comprender el sentido de muchas cosas que se les piden que hagan.
Es
necesario mucha paciencia ante las conductas aparentemente alteradas,
porque en realidad son reflejo de su forma de enfrentar el mundo, desde
su especial forma de ser y percibir. También hay que tener en cuenta
que, además de autistas, son niños, jóvenes y adultos y comparten muchos
de los gustos o preferencias con su grupo generacional. El autismo es
una alteración severa del desarrollo y de la comunicación que aparece
antes de los 30 meses de vida. Se da en un niño de cada mil. Una joya
que necesita un poco más de atención.
Más información:Federación española de Padres de Autistas.
c/Navaleno, 9.
28033 Madrid Tel: 91 766 22 22 /91 766 72 65. Fax: 91 767 00 38,
email: apna@medusa.es
Página de información sobre autismo
* Artículo realizado por el equipo de redacción del programa de radio ONGente, de la emisora Radio Ebro.
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